200 g de harina
100 g de mantequilla
4 huevos
150 g de queso gruyère
250 ml de agua
1 pellizco de sal
pimienta y nuez moscada
Precalentar el horno a 200º. Poner en una cazuela el agua, la mantequilla cortada en trocitos y la sal. Llevar a ebullición. Cuando hierva, separar del fuego y verter la harina en una sola vez. Remover enérgicamente con una cuchara de madera hasta formar una masa homogénea.
Volver a poner al fuego un par de minutos hasta que la masa se seque un poco. Apartar del fuego y dejar enfriar un rato.
Después añadir los huevos uno por uno, removiendo con la cuchara de madera. Es muy importante hacer que cada huevo se integre perfectamente en la masa antes de añadir el siguiente. Cuando hemos terminado con los cuatro huevos, añadir el queso, pimienta y nuez moscada.
Finalmente, con una cucharilla de café o con una manga pastelera, formar unas bolas e irlas poniendo en una bandeja de horno cubierta con papel. Hay que ponerlas un poquito separadas, porque crecen.
Al horno 25 minutos.
El queso gruyère se puede sustituir por emmental u otro que nos guste.
Se pueden comer solas, o haciéndoles una raja en el centro para rellenarlas de foie gras, o de paté, o de mantequilla. A la niña como más le gustan es calentitas y untadas con queso crema. En fin. Qué buenas.
Bon appétit!
1 comentario:
Los quiero hacer!! Qué tal como primer plato? Y qué bonitas las fotos!!
Publicar un comentario